Comunicado del Partido por la Victoria del Pueblo
Sobre la designación del marino Ernesto Serrón.

Ante los cuestionamiento que la designación del citado marino realizado por organismos de derechos humanos (el PIT/CNT y el SERPAJ), se ha manifestado por distintos integrantes del Poder Ejecutivo, que sólo existe un libro donde se realizan algunos señalamientos en torno a la labor de represión que desempeñaba esta persona en la dictadura.

Efectivamente, existe un libro donde se registran esos señalamientos. Pero es importante consignar que el mencionado libro fue elaborado a partir del testimonio que Daniel Rey Pluma prestó ante el Secretariado Internacional de Juristas por la Amnistía en Uruguay, (SIJAU); eL Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados; (ACNUR); la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA. A ello se agregó posteriores conversaciones mantenidas con el mismo, consultas a artículos publicados en la prensa internacional y a un trabajo que el propio Rey Piuma elaboró en Holanda donde se encontraba exiliado.

Ese libro fue posible gracias al aporte solidario de muchos periodistas, abogados y muchas personas que en aquellos días oscuros y terribles que vivía nuestro país, creyeron importante que salieran a la luz pública el terror instalado en Uruguay. Fue una forma de desenmascarar los crímenes de las dictaduras latinoamericanas.

Daniel Rey Piuma, compareció ante la CIDH en Washing­ton, el 19 de noviembre de 1982, junto al ex-soldado uruguayo García Rivas. En la toma de estos testimonios ante la OEA participó, el abogado del SIJAU en Brasil, Dr. Belisario dos Santos Jr.

Posteriormente las declaraciones de Rey Piuma fueron corroboradas por el ex-Infante de Marina Víctor Pablo Laborde Bafico, quien desertó el 4 de febrero de 1981.

Quienes pretenden justificar un error en la citada designación, lo hacen desacreditando el valor de un testimonio que ocurrió en un momento muy especial de nuestra historia que es importante recordarla.

En los años 70 cuando arreciaba la represión en Argentina, Chile y Uruguay cientos de militantes perseguidos procuraron salir de Uruguay, vía Brasil, donde si bien existía una dictadura - la de Figueredo -, la misma se encontraba en una etapa de relativo ablandamiento.

Brasil que no había firmado los protocolos de Ginebra, no admitía exiliados políticos en su territorio y por esa razón el Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados, ACNUR, instaló en Rio de Janeiro una oficina permanente que se encargada de recibir a los perseguidos e iniciar los trámites para obtener una visa en países signatarios de los protocolos de protección a los perseguidos por razones políticas, étnicas o religiosas.

Ese Comisionado mantenía una estrecha relación con todos los organismos de Derechos Humanos que empezaba a fortalecerse en Brasil, especialmente en el Sur: CLAMOR en San Pablo teniendo a la cabeza a Monseñor don Evaristo Arns. En el Sur, el Movimiento de Justicia y Derechos Humanos, liderado por el Dr. Fair Krichke.

Cuando personas como los ex militares Hugo Walter García Ribas, Daniel Rey Piuma, Rodolfo González Díaz, Paulo Laborde Baffico, Julio Cesar Cooper fueron llegando, por distintas vías y en distintas fechas, a Brasil, tomaron contacto con los organismos arriba nombrados, CLAMOR y MJDDHH.

De acuerdo a las normas de ACNUR no se tramitan visas para militares que hubieran estado implicados con la violación de los DDHH.De ahí que para que esas personas pudieran iniciar el trámite ante las autoridades consulares y de migración de Holanda, Suecia, Noruega, etc. requerían que alguna organización responsable diera su aval a la demanda de refugio de los militares desertores.

De este modo tanto CLAMOR como el MJDDHH, tomaron contacto con el SIJAU (Secretariado Internacional de Juristas por la Amnistía en el Uruguay), organización que el PVP había apoyado desde su fundación en Francia a fines de 1976.

Las autoridades del SIJAU, entre ellos los doctores Mario Dell Acqua y Alejandro Artucio, hoy embajador de Uruguay ante la ONU, tomaron contacto con la delegación del PVP que actuaba en Brasil.

Fueron estos compañeros del PVP (Hugo Cores, Pablo Anzalone y otros), los que tomaron los testimonios que remitieron luego al SIJAU.

Luego de la publicación de los dichos de los militares desertores y del cumplimiento de los complejos trámites exigidos por ACNUR y los países que otorgaban el Asilo Político, los militares viajaron en distintas fechas y a distintos países de Europa.

Cada uno de los testimonios fue grabado y desgrabado, para posteriormente realizar sobre los mismos ampliaciones y repreguntas.

En nuestros archivos se encuentran las primeras versiones de dichas grabaciones, los originales de cada uno de los procesos de trabajo con los testimonios.

 Partido Por la Victoria del Pueblo (PVP).